Subir, bajar, buscar la perfección en el pincel de Zadig
Zadig García Zalazar es una pintora espontánea que desde pequeña descubrió esta pasión que la acompañó desde entonces. La artista que hace unos días obtuvo el primer premio de la categoría profesional en el concurso de arte urbano que organiza el Concejo Deliberante, presentó su obra “Subidas y bajadas…” y conversó sobre su experiencia con la pintura y sus expectativas a futuro.
La mayor parte de la vida de Zadig transcurrió en El Trapiche aunque recorrió toda la provincia con proyectos relacionados al arte y el turismo. Recientemente, y por primera vez, presentó una muestra de sus cuadros, la cual denominó “Subidas y bajadas, trayecto de lo imperfecto”. La misma se realizó en Exótica Restó, allí exhibió gran parte de su obra y tuvo la posibilidad de llegar al público en general. Zadig reparte los días entre el amor a la docencia y al arte, pero también busca el punto de inflexión entre la pintura y el contenido social, una vuelta de rosca para esta pintora que se animó a soñar.
Al ser interpelada sobre cómo nació esta exposición y por qué tiene ese nombre, explicó que “se llama así porque tiene todos los temores, sentimientos encontrados, casi como que se podría decir la vergüenza de mostrar lo que uno hace; es un aprendizaje, un juego complejo porque a la vez necesitás saber si tu obra gusta, si es entendida”.
—¿Hace cuánto que pintas?
—Yo pinto desde siempre. Mi mamá y mi papá ya pintaban; mi papá lo sigue haciendo. Además, desde entonces y a partir de una historia familiar particular hago mi camino buscando expresar cosas que estaban adentro de mí, en ese momento, y también ahora.
—¿Cómo elegiste los cuadros de esta muestra?
—Mis cuadros tienen como distintos años y eso hice, tratar de buscar en todo el material de tanto tiempo, lo que consideraba en este momento que representaban cada época.
—¿Están separados cronológicamente?
—No del todo, traté en lo posible de que cada cuadro estuviera cómodo en el espacio disponible; fue como jugar con un rompecabezas y resultó divertido encontrarte con los distintos y diferentes años que tiene cada uno, historias humanas, allí empieza mi necesidad de recrear la figura humana y, por épocas, circunstancialmente, también he trabajado con paisajes.
La autora explica cómo fue que cada cuadro tiene un estilo diferente: “Encontramos historias, estudios, me gusta mucho Caravaggio (señala una de sus obras, en homenaje al pintor italiano) e intenté hacer mis propias versiones. Esto tiene que ver con esa idea que está adentro de mí, que es decir algo con la obra y que a su vez tenga un contenido social”, afirmó Zadig, y continuó sobre la línea del mensaje social: “Con respecto a ello, se observa entre los cuadros uno de los chicos que me proveen de verduras de mi barrio, que son chicos de la calle, que tienen un mini emprendimiento; les conté del proyecto y les gustó. Participé de un concurso en la ciudad con sus caritas, con su tarea, y eso me dio ganas de mostrar que hay cosas que siguen siendo silenciosas”.
—¿Ésta es la primera muestra en la que está toda tu obra?
—Ésta fue mi primera muestra sola. He participado de muestras colectivas que es más fácil, es más divertido y estamos más “camuflados”. También he participado en muchos concursos, que ofrecen la posibilidad de entrar en un ritmo lleno de adrenalina pero a la vez lleno de motivaciones y se puede compartir con la gente que hace lo mismo.
—¿Cómo es la movida artística?
—Hay como situaciones que por momentos se tornan ricas y fecundas y a veces se aquieta todo. He participado de distintos eventos que se realizan, me he nutrido cuando fueron las Becas Arte Siglo XXI, fui autora de un proyecto que fue realizado en la zona turística de El Trapiche, y participamos con talleres de arte en el interior de San Luis. Sin embargo, a veces es difícil que la gente adquiera una obra de arte, pasa en ocasiones que el circuito queda quieto o trunco. Vivir del arte es complejo, quizás por eso me haya animado ahora, porque las veces que pude comercializar mis obras es como que vuelvo a invertir y estoy con ganas de hacer cosas nuevas.
—Mencionaste a Caravaggio como un referente, también vemos influencia de Van Gogh, ¿hay algún artista local que te llame la atención?
—Admiro profundamente a Graciela Barón; ella es una de las artistas plásticas de San Luis más bellas, no creo que haya nadie que represente la figura del mismo modo; acá en San Luis es una gran maestra, he sido su alumna por mucho tiempo y la verdad que es muy generosa, tiene una actitud muy humilde también para entregar todo lo que sabe. Es docente en muchos lugares de la ciudad y no hay evento en el que ella no esté tratando de participar y colaborar.
Tras los elogios a su maestra, Zadig afirma con pasión que ése es el camino para que el arte triunfe en San Luis.
—¿Cómo sientes que ha evolucionado la pintura en ti, sobre todo mirando el entorno en estos diez años que se reflejan en la exposición?
—Es raro, porque yo sigo pensando que por eso me animé a ponerle este nombre; será un camino en el que yo con mucha humildad siempre quiero aprender. Sé que me faltan otras técnicas, otras maneras, es como imaginar que este camino finalmente va a ser siempre así, que voy a aprovechar las circunstancias de lo que pueda, de los que sienta, de lo que pueda decir, y va a seguir siendo eso una gran inquietud.
—Si te invito a mirar alrededor, ¿es injusto preguntar por tus cuadros favoritos?
—Mirá, este es uno… (indica casi al instante, volteándose para señalar un cuadro en particular donde una niña juega con su muñeca), “Al rojo” se llama, es una nena que fotografié hace muchos años. La pintura ha sido de sanación, aunque te parezca una idea extraña ha tenido ese efecto en mí.
—Martín Grillo es considerado como un pintor de la luz, por su búsqueda, ¿tu obra pictórica también es de la luz?
—No me cabe duda que las descripciones de Grillo, de los lugares donde crecí son de lo más sencillas; conceptos como un álamo dorado e invitar casi a sentir el olor de la peperina en las hojas… Él decía que ese iba a ser el mejor testamento para todos. Es como traducir de manera tan simple tanta belleza, admiro la sencillez con la que escribía.
La docente y pintora, identificada con el terruño que compartió con Martín Grillo, ahondó en su recuerdo sobre el vate trapichense, su obra de los siete caminos, las bibliotecas ambulantes, la época en que coloreó sus poesías, cuando caminaba con él y oía sus recitados. “Recuerdo todas esas hermosas descripciones, tengo todas las producciones gastadísimas, porque las llevo al aula y trabajo con los chicos con su poesía”, manifestó con nostalgia.
Zadig, además, recientemente ha obtenido el primer puesto en la categoría profesional del VIII Concurso Provincial de Paisaje Urbano «Ciudad de San Luis, su hábitat y su gente», organizado por el Concejo Deliberante capitalino, con la obra «Intemperie chorrillera» (elaborada mediante la técnica de acrílico). Este premio le ha traído gran satisfacción porque es un evento donde se presentaba hace tiempo, siempre con grandes expectativas, y finalmente pudo acceder al premio mayor.
—¿Estás dando talleres de pintura?
—Sigo teniendo la dicha de tener un taller en casa para gente de todas las edades. Es un taller creativo y tiene esto de pensar la posibilidad de expresarte en cualquiera de los materiales que quieras, y mi idea es acompañarlos en este camino de expresión y dibujo.
Se puede contactar a Zadig García Zalazar por consultas sobre el taller o para adquirir sus pinturas a través del email zadig.gz@gmail.com o en Facebook como “zadig.garciazalazar”.
Nota escrita para Caminos de Tinta: Sinforiano Digital / Mady.
Fotos: cortesía El Cogollo Digital.