Micaela Díaz y el multicolor arte de «pintaescribir»

Compartimos una breve reseña sobre “Vendaval létrico” y “Pantano de palabras”, las dos primeras entregas en la trilogía de la joven Micaela Díaz, un nuevo talento emergente de las letras puntanas.

“¿Buscan un libro? Nosotros lo somos, y mientras nos leamos, nuestras memorias no morirán jamás”.

Así invita la joven merlina Miriam Micaela Díaz a sumergirse en su breve e intensa propuesta literaria, conformada por “Vendaval létrico” y “Pantano de palabras”, a la espera de la tercera parte que compondrá su trilogía inaugural como escritora editada, bajo el sello de la artesanal editorial puntana “Perniciosa Literhartura”.

Su obra cuenta con una inequívoca transversalidad, que se puede apreciar perfectamente ya desde la imagen de portada: se trata de la policromía. Insinuante en su primera entrega (donde una mano comanda el pincel en plena incursión pictórica), es bastante más sugerente en la segunda, que muestra otra mano (acaso más experimentada), despojada de todo artificio y mimetizada en la masa multicolor de la superficie.

Pero este color que redunda en la obra no es artificial o incrustado con fines esteticistas, sino que subyace como un termómetro social, de pequeñas y (aparentemente) aisladas situaciones cotidianas donde las conductas humanas son puestas en evidencia. Micaela, estudiante casi egresada del Profesorado de Educación Especial en la UNSL, no teme abordar temas de profundo impacto social en nuestra tierra, y homenajear la memoria de una pequeña fallecida en trágicas circunstancias, o añorar el pronto retorno de un joven desaparecido en el noreste provincial (y cuyo paradero, a la fecha de elaboración de este artículo, todavía se desconoce).

En constante clave serrana, con notas nostálgicas y dosificadas pinceladas de comicidad, la autora de tan sólo 22 años captura escenas, fugaces, quizás de la urbanidad del presente en nuestra sociedad, tal vez de recuerdos de su infancia, con personajes verosímiles, personas comunes y corrientes que interactúan con la misma imperfección natural que acontece en la vida misma. Díaz convida al lector esas situaciones con un estilo limpio, sencillo, desprovisto de toda pretenciosidad.

Ciertamente, Micaela resulta una refrescante incursión en las jóvenes letras puntanas, que se permite esbozar una crítica social sin perder de vista las vicisitudes del alma humana.

 

Nota para CdT: Sinforiano Digital.

Fotos: Cortesía Joel Vega, Marcela Fornari, Miguel Ángel Lozano.