La unión de las culturas, a través del libro
El libro, una mágica caja que representa el acercamiento de los hombres, un lazo innegable entre las culturas del mundo. Infantiles, adultos, amados, odiados, controversiales e incluso incinerados con el iluso objetivo de querer devastar culturas, el libro ha sobrevivido el peso del hombre. En el Día Mundial del Libro, Revista Cooltura hace un repaso por su evolución y propone lecturas que marcaron la vida de diferentes personalidades de San Luis.
El Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor se celebra cada 23 de abril, fecha establecida por la Unesco en coincidencia con el aniversario de la muerte de Miguel Cervantes Saavedra y William Shakespeare. En todo el mundo miles de personas celebran el poder de los libros para fomentar la creatividad, promover el diálogo y enaltecer la educación. Cooltura entrevistó a diferentes personalidades de la provincia y cada uno nos recomienda las mejores lecturas de su vida.
Del arte rupestre a la tinta digital
La representación gráfica comenzó con los primeros pictogramas en tablas de arcilla o en diferentes piedras. Luego, llegó el papiro, inventado por los egipcios y posteriormente los manuscritos y pergaminos en la Edad Media, en los cuales podría escribirse de ambas caras, a diferencia de los papiros.
Entonces apareció la imprenta. La invención de Gutenberg cambió la historia y con ella llegaron las difusiones masivas y también las prohibiciones. Y con esto el horror de quemar las páginas impresas y ver arder el conocimiento en varias ocasiones a lo largo de la historia del hombre. Incluso Ray Bradbury relata en su novela “Fahrenheit 451” un futuro cercano donde los bomberos en lugar de apagar incendios, los provocarían con el sólo objetivo de quemar libros, o Umberto Eco en “El nombre de la rosa”, en el que la “Poética” de Aristóteles estaba prohibida por la Iglesia ya que representa una actitud abierta ante el saber.
En nuestros tiempos, la llegada de internet para el acceso al conocimiento fue extraordinaria, para bien de los lectores aunque no tanto de los escritores, por cuestiones de derechos de autor. Aunque en 1995 el gigante empresarial Amazon comenzó la venta de libros digitales. Unos años después, esa empresa, Sony y Papyre lanzan al mercado los e-readers (libros con tinta electrónica) permitiendo aún más el acceso a la lectura.
En el año 2000 el inagotable escritor Stephen King publica el primer libro enteramente en formato digital.
La primera biblioteca digital de la historia
El proyecto Gutenberg es un programa de digitalización de libros que pueden descargarse y leerse de manera online o en soportes electrónicos. Más de 50 mil obras están disponibles gratis, libres de derecho de autor. Aunque la mayoría está en inglés, francés y alemán, de a poco se van incorporando ejemplares en castellano. El proyecto comenzó en 1971, cuando el estudiante Michael Hart pensó que algún día el público en general tendría acceso a esa herramienta y decidió compartir obras literarias. Lo primero que publicó fue la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, luego otros documentos, la Biblia y distintas obras de la literatura clásica. Las primeras obras fueron tecleadas palabra por palabra, ahora existen métodos para subirlas de manera más rápida y eficaz. La página es www. gutenberg.org
Gustavo Romero Borri, escritor.
Recomendar un libro es como predicar, ante desconocidos, pasiones personales que no tienen por qué coincidir con las suyas. Así que en el Día del Libro no exalto el valor de ningún libro en especial, pero sí recomiendo leer. Leer como un deseo que nos induce a dialogar, y también a discutir con lo leído. Todos los pensamientos del mundo llegan a nosotros a través del lenguaje. En vista de ello recomiendo leer porque el lenguaje es el mayor patrimonio que nos ha sido dado. Cuando leemos buenos libros nuestra capacidad de hablantes, y aún de seres pensantes, se sofistica. Por eso creo que el buen lector es quien va desarrollando en el tiempo estrategias para distinguir “al vuelo” la buena literatura de la redacción precaria. Por estos días estoy leyendo “Noticias secretas de América”, novela de Eduardo Belgrano Rawson basada en personajes de la historia argentina.
Luis Palacio, actor – director.
Soy bastante ecléctico con la lectura. Puedo decir que me marcó encontrarme con audiolibros. Aunque siempre fueron más del palo de la música, de lo auditivo y también los cuentos clásicos. Leo por ejemplo a Murakami, como todo el mundo. La Trilogía de Lorca es el único teatro que me gusta leer, la Trilogía de las tragedias lorquianas es algo que yo recomendaría. “Todas las familias son psicóticas”, de Douglas Coupland me parece muy interesante, pero no siento que me haya marcado.
A “Vagones transportan humo”, de Alejandro Urdapilleta, lo leí cuando llevaba unos cinco años haciendo teatro, yo venía siguiéndolo, también a Tortonese, entre otros… y empecé a investigar a esos autores del under que me interesaban mucho. Ese es un librazo, lo recomiendo mucho. La conexión para mí tiene que ver con el teatro o con lo musical y de esos textos hemos sacado material y sigue nutriendo a toda una generación porque se compone de monólogos, obras de teatro como. La fabricante de torta que es un gran clásico.
Los audiolibros tienen un público particular y generan un mundo más. Siempre leo lo que voy necesitando en el momento, aunque no necesariamente tiene que ver con el teatro.
Cristian Sortino, periodista
Sin lugar a duda, las situaciones y experiencias que pasamos durante la niñez marcan nuestra vida. La lectura claro que lo hace, en mayor o menor medida; y si responde a las novelas, más aún. En mi caso, puede resultar algo naíf, pero como respuesta inmediata y totalmente sincera, “Mi planta de naranja lima”, de José Mauro de Vasconcelos, fue el primer contacto –consciente- con el mundo de la lectura.
Claro que ya en la adolescencia, El Quijote y el Martín Fierro, se configuran como dos títulos obligatorios. Aunque, ya como docente de Comunicación, con un grupo de alumnos trabajamos “Cruzar la noche”, de Alicia Barberis; una novela nacional que representa la dictadura militar y parte de sus consecuencias. Es decir, una manera interesante de conocer nuestra historia a través de otros libros.
Hoy, con 31 años, más allá de las lecturas propias de la profesión, quedé más lejos de las novelas, y más cerca de los títulos relacionados al mindfulness y la neurociencia; es decir, más conectado a un subgénero emergente anclado a una sociedad que cada vez necesita más ejercicios y respuestas sobre su propia vida y no la de ajenos.
Alfredo Salinas, escritor y cineasta.
De las lecturas para pasar el tiempo, las novelas y cuentos de Arthur Connan Doyle siempre estuvieron entre mis favoritas, en especial las que tienen a Sherlock Holmes como principal protagonista, y también lo han sido los textos sobre el mismo personaje pero escritos por otros autores.
Esto es lo que me llevó a descubrir a Jorge Fernández Díaz, un prestigioso periodista y escritor argentino, que sin embargo ha encontrado mayor renombre en el extranjero, donde sus trabajos han alcanzado el rango de best seller y hasta son utilizados como material de estudio. Pasa que su estilo fusiona la novela con la historia, sin dejar de pasar por el ensayo. Ejemplo de ello es “El dilema de los próceres”, con el tagline de “Sherlock Holmes y el caso de las cartas ocultas de rosas y San Martín”. Una aventura apasionante en la que un muy joven Jorge Luis Borges ocupa el lugar del Dr. Watson, interactuando en una trama que comienza en Londres y continúa en el Buenos Aires de principios del siglo XX, luciéndose en algunos pasajes personalidades como Horacio Quiroga y Victoria Ocampo. Original sin salirse de lo clásico, con generosas cuotas de humor e intriga, y un interesante contenido histórico como escenario de fondo; condimentos por demás atractivos a la hora de sumergirse en el placer de leer.
Fuente: Revista Cooltura.