Gabriela Gualdoni: una mujer que abarca todos los espacios

Gabriela en uno de sus tantos viajes, esta vez en Perú.
En esta oportunidad, Gabriela, de 46 años, nacida en la provincia de San Luis, pero que vivió un tiempo en La Plata, la ciudad de las diagonales, y también en Bariloche, nos cuenta que siente mucho placer al viajar por distintos lugares del globo, observar y escribir al respecto. Conocedora de diversas culturas, esta madre de tres hijos narra sus experiencias adquiridas en múltiples trabajos. De exquisita fortaleza, con cientos de paraísos internos que se vislumbran en sus palabras, hoy nos entrega envuelto en paños de agua fresca su gran pasión: expresar en palabras lo que dicta el corazón.
—¿Cómo nace esta pasión de transmitir sentimientos o sensaciones interiores a través de la escritura?—Esto de escribir nace con los primeros amores, cuando tenía 12 o 13 años, esos que vibran muy dentro cuando no se puede sacar una sola palabra. Gracias a esos primeros amores, nacieron los primeros escritos, las primeras cartas, creo que el «amor» fue el disparador. Sumado a los autores clásicos que aprendí a leer en esa época.
—Cuando escribís, ¿por qué lo hacés?
—En mi adolescencia, y hasta en la actualidad, siento que al escribir todo me pertenece, disfruto de hacerlo y lo hago como una vía de escape, como una manera de solucionar problemas, escribo y mi vida es otra.
—¿Cuál es el género literario con el que te sentís más a gusto al momento de escribir?
—Me gusta la poesía sin tanta métrica y también el relato corto. Pero por lo general poesía.

Gabriela, siempre luciendo su mejor sonrisa en los escenarios que luego replica en sus escritos.
—Escribís desde la adolescencia… ¿Qué fue lo primero que escribiste?
Sí, escribo desde la adolescencia. Gracias a algún autor que supo ganarse mi aprecio también con sus poesías. Por lo general fueron poesías de amor. No me acuerdo qué fue lo primero…
—¿Cuáles son los motivos? ¿Qué cosas te llevan a dejar en un papel lo que te ocurre?
—Me mueve la pasión en cualquier sentido. Desde la pasión con respecto al amor, la pasión por la lectura, por visitar lugares nuevos, por algún oficio. Me mueve la naturaleza, el viento, el agua que baja del río, la tierra bajo mis pies. Las anécdotas de los mayores suelen dejarme gran enseñanza y aprendizaje. Las historias de vida de las distintas personas también me motivan y me inspiran.
—¿Tenés escritos ya publicados?, ¿te gustaría publicar tus manuscritos?
—No tengo cosas publicadas y no estoy segura de querer hacerlo. Aunque sí hay dando vueltas algunas poesías que supe escribir, por ejemplo «Oxido de mujer». En ciertas ocasiones me da muchas ganas y en otras me da la impresión de quedar al desnudo en público, entonces eso me refrena un poco, pero no es la excusa. Envié dos o tres de mis escritos, pero no me animo todavía a publicar, calculo que está próximo ese tiempo.
—¿Por qué escribís? ¿En qué momentos lo hacés?
—Escribo por arrebatos, por arranques, pero no tengo el tiempo suficiente como para hacerlo con conducta, cosa que me encantaría. En verano tenemos un camping en El Trapiche y estamos ocupados la mayoría del tiempo, es casi imposible sentarse a escribir. En cambio en invierno, más tranquila, se hace un poco mas fácil, con mates y música, como hacía mi abuela.
—¿Qué autores son tus preferidos?
—Amo la forma de escribir que tiene García Márquez, me apasiona. Al igual que Pablo Neruda, cada vez que visito Chile me parece que lo veo. Tuve la suerte de poder estar en alguno de sus escenarios literarios, como en Isla Negra, o en La Sebastiana donde pude visitar alguno de sus mascarones de proa donde le gustaba beber coñac en sus copas de cristales de colores, y asumía que ese estado producto del alcohol era como estar arriba de un barco en medio del océano.
—¿Algún autor puntano?
—Sí. Jorge Sallenave y su «Quinta». De entre tantas idas y vueltas, del «campo» a la ciudad y de la ciudad al «campo», sentí la necesidad de conocer ese lugar que yo me había armado en mi cabeza gracias a las imágenes que ofrecía en sus relatos. Fue así que pude leer y ver lo que este autor tenía para contar. Luego compré algunos libros que todavía no puedo leer porque mis tiempos no me dejan.
—¿Qué mensaje te gustaría dejarle a la juventud que te lee?
—El mensaje que les dejaría es «No existe otro tiempo para ser feliz, ese tiempo está sucediendo, ese tiempo es ahora, busquen la Felicidad, encuéntrenla, nunca nada es suficiente, siempre faltará algo… Leer, escribir y trabajar hace a la persona mejor».