Su identidad en el anonimato, pero su voz en todas partes

Para nuestra sección «Letras anónimas» conocimos y entrevistamos a Facundo, un joven que canta fauna, que grita flora, que siente distinto con sus pies de raíces y su cabello de ramas, que alza su voz y gesta sueños, que dice lo que piensa de una manera esperanzadora y que no se deja atropellar por los amargos tragos que deja nuestro paso por la fase terrestre.

—¿Cuándo escribiste por primera vez?

—Mi primer escrito fue cuando tenía 12 años, le escribí una poesía a mi madre que hablaba de la tierra, el aire y las plantas.

—¿Qué tipo de relatos te gusta escribir?

—Me gusta escribir palabras relacionadas a mensajes de amor, de conexión con la tierra, de admiración, de silencio, de contemplación. por lo general mensajes de y con amor, soy bastante sentimental.

—¿Qué momentos te sientan mejor al momento de escribir?, ¿tenés muchos escritos?

—Tengo cosas re inconclusas, letras olvidadas, un desprolijo en la vida y en las emociones. Un despertado aletargado en gran parte de mi vida productiva. Escribo cuando lo siento, a veces una emoción fuerte me lleva a escribir para soltar, para no detener esa energía que viene fluyendo con normal naturalidad. Cuando me dejo sentir y caer  en los momentos más caóticos, ese es el preciso instante donde encuentro todo lo que quiero decir.

—¿Podemos decir que es una terapia el hecho de escribir?, ¿aprovechás para hacerlo cuando estás siendo atravesado por alguna emoción?

—A veces sí. Y siento que a veces se me revuelven las tripas de tanto escarbar y poder encontrarle la vuelta para poder sanar, es cuando lloro y lo acepto. Cuando siento que hay algo en mí que está sanando me sumerjo en esa ola, hay unos aires que me refrescan la memoria de buenas emociones, de personas luminosas que me enseñaron cosas.

—¿Dónde encontrás la inspiración necesaria?

—En simples, cosas que existen, que son, que serán. La naturaleza, o el león que ruge demostrando su poder o una madre que te arropa entre los brazos, te protege y te da calor.

—¿Qué tipo de material te gustaría publicar?

—Me gustaría publicar mensajes que despierten conciencia y amor. Que llegue a las personas como un diamante envuelto en un paño, como un regalo. La poesía me hace sentir libre de expresarme en la forma que quiero. Admiro la gente que escribe poesía con el cuerpo, ya sean malabaristas, funambulistas, bailarines, hasta un niño jugando con la cartera de su madre, lleno de incertidumbre e imaginación mientras va dando un relato que se consigue y va descubriendo a medida que investiga y hurga entre las cosas.

—¿Cómo hacés para llegar a la gente?, ¿a través de que?

—Creo que si el vehículo en el que se transporta el mensaje es verdadero no importa en lo que se mueva. No hay que ver el medio vaso vacío, sino la mitad llena. Todo llega, a todos les queda algo, así como cantarle a las plantas, hay gente que no lo hace, y no pasa nada, pero yo lo hago. Y las plantas sin orejas reciben esa buena energía, es como un milagro, la planta se pone reluciente, crece, cambia. Con la gente pasa lo mismo, tiene que haber buenos deseos y mucha fe, a la manera de cada uno, no hay fórmulas.

Entrevista: Keno.

Foto: Unadocenade.

Edición y corrección: Sinforiano Digital.

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