Luis Godoy nació en Villa Mercedes, en 1963. Dice amar la vida y la libertad. Se presenta como poeta, dramaturgo y murguero. Hace unos meses presentó su libro «Poeta y soñador» en la Feria del Libro de Villa Mercedes.
Luis también dicta talleres de redacción de poesía y ha involucrado a sus alumnos en su propia producción literaria. Participó en numerosos encuentros de café literario en la ciudad.
«Poeta y soñador» es su primera obra. Su nombre se debe al título del primer poema del libro. Las poesías, relatos y cuentos que lo componen suelen referirse a hechos y personas de barrios populares de Villa Mercedes, reconociendo los valores y la sencillez de los protagonistas, aunque también contando situaciones difíciles.
Luis Godoy conversó con Caminos de Tinta sobre su reciente publicación, y habló de sus comienzos, su compromiso social y su amor por San Luis.
—¿Cuando comenzó a escribir?
—Comencé en 1982. Vivía en Buenos Aires en ese tiempo, se me dio la oportunidad de acompañar a una mamá que iba a esperar a su hijo que volvía de Malvinas. Esa fue la primera historia que escribí, y seis meses después me llamó la familia de ese chico para que lo leyera frente a sus compañeros. Fue emocionante. Desde ahí, no paré más de escribir.
—Es decir que empezó hace 34 años, aproximadamente a sus 20 años. La mayoría de los escritores suelen empezar más temprano, ¿por qué cree que no se dio antes?
—No sé, fue totalmente extraño porque jamás había leído tampoco. Nada. A pesar de los contactos que tuve en la escuela con la lectura. Fue un clic en mi vida, y empecé a escribir, a estudiar teatro, a escribir obras de teatro. Me apasiona eso. Los poetas urbanos, los que nos formamos en la calle, tenemos contacto con la actualidad y podemos hablar algunas cosas. Eso es lo que me impulsa a seguir escribiendo cada vez más.
—¿Sus obras suelen tener un contenido social?
—Sí, porque son experiencias que uno vive y que nunca son blanco o negro, sino una escala de grises. Y en esa escala uno puede jugar con el lenguaje, con las palabras. Muchas personas en nuestra sociedad no son escuchadas, y escribiendo se puede hacer que se los escuche. He tenido la posibilidad de estar en varios lugares de la provincia, llevando estas vivencias, mostrando que hay cosas que nos pasan a todos y que la vida se compone de luces y sombras.
—¿A qué escritores tiene como referentes? ¿A cuáles ha leído?
—El primer libro que leí fue de Pablo Neruda. Era chico, y me impactó su trabajo, su obra, su manera de pensar. Leí también a García Márquez.
—Ambos tienen una impronta marcadamente latinoamericana…
—Sí, y también tienen un compromiso social. En mi caso, también en teatro, las obras que he escrito han abordado cuestiones sociales.
—¿Cómo comenzó a escribir para teatro?
—Estaba con un grupo de teatro del Plan de Inclusión Social, donde también trabajaba. Poníamos en escena nuestras propias obras, ahí fue cuando empecé con la dramaturgia. Hasta hemos representado a nuestra ciudad en ámbitos provinciales. Para mí ha sido importante tener esas oportunidades, viniendo de un lugar humilde, de un barrio humilde. Eso me da orgullo.
—En la Feria del Libro de Villa Mercedes, en septiembre, presentó su primer título: «Poeta y soñador». ¿Con qué se van a encontrar los lectores allí?
—En el libro se van a encontrar con vivencias de esta querida ciudad de Villa Mercedes. El 90% del libro son historias que han ocurrido aquí. Hay relatos breves y dos cuentos que decidí incluir. Son historias que nos van pasando en el día a día. Le escribí al barrio, a la ciudad, a los personajes que la habitan.
—¿Alguna vez estudió la carrera de Letras?
—No, jamás. Soy autodidacta. No he ido a ninguno de los cursos que se dictan. Tengo mi propio estilo, mi propio pensamiento.
—¿Qué es lo mejor que le pasó en su tarea literaria?
—Lo más lindo que me ha ocurrido desde que comencé a escribir es poder compartir este oficio con otros, como cuando conocí a Julieta Soledad (una de sus alumnas). Ella tenía 9 años en ese tiempo. Me gustó muchísimo cómo escribió desde el primer día. Conversé con sus padres, con ella, y hasta ahora ya ha estado en cuatro antologías. También conocí a una señora del barrio La Ribera, con la que hace un año que estamos trabajando. Evelyn, del barrio 96 Viviendas, o Débora, que también está con nosotros serán «mis herederos», de alguna manera. Me encanta compartir eso, además de los momentos juntos, mate de por medio.
—¿Le interesa entonces que esas personas después transmitan a otras lo que aprendieron, además del interés por lo social?
—Exactamente, esa es mi intención. No hace falta escribir un libro para ser un poeta; si escribís y lo volcás en un papel, aunque hagas una página ya sos un poeta. Tratamos de transmitir eso, de trabajar con la comprensión de los textos, y con las realidades. En mi libro se van a encontrar con muchas de ellas, algunas lindas y otras no tanto.
—¿Cómo definiría su propia literatura?
—Es difícil definirse uno mismo. Prefiero que me definan los lectores, pero diría que soy un hombre que le escribe a las cosas de la vida, que constantemente está en contacto con la gente más humilde.
—¿Se considera un escritor puntano?
—Sí, porque amo mucho a mi provincia, y en particular a Villa Mercedes. Desearía terminar mis días en esta ciudad. He tenido la oportunidad de ir a otros lados. Estuve un año, no aguanté más y volví. Ya no voy a irme más. Amo la provincia de San Luis, es el lugar que nos dio Dios en el mundo, y tenemos que cuidarlo.
Nota y foto: Kafka Tamura para Caminos de Tinta.