Entrevista a Manuel Rossi, autor de «(A)normal»
Bajo una tarde soleada y con fresca brisa, un lunes 8 de agosto en el antiguo templo Santo Domingo, Manuel Rossi junto a representantes del Subprograma San Luis Libro y su padre Ricardo presentó oficialmente su primer trabajo literario. A dos semanas del lanzamiento de su primer libro, compartimos una entrevista con Manuel, joven talento de las letras puntanas.
Se notaba el orgullo de muchos por el talento del pibe. 1,70 de altura, mas o menos, de cabello negro y con rulos bien definidos hacen de Manuel un nuevo nacimiento dentro del género literario puntano.
Es el segundo hijo, de tres varones. Estudiante de Medicina. Lector empedernido. Tranquilo, de mirada atenta, pensante y alegre al mismo tiempo. «Se tiene que saber acomodar como hijo del medio», dijo su padre, quien fue el primero en tomar la palabra acerca de su hijo y de su obra. «Está preparado para la lucha -continuó diciendo-, con calma pero es capaz de lograr lo que se propone».
Sin querer hablar de más, ni caer en elogios, le es difícil a Ricardo separar la emoción de la objetividad, y destaca su capacidad, su tenacidad y ganas al momento de trabajar para conseguir los objetivos. Recordó una anécdota de cuando Manuel tenía 11 o 12 años, y dijo: ”Una vez me hizo leer una poesía que había escrito, donde habla de los sentimientos de un hombre adulto que se aquerencia con su casa y que tiene ganas de volver a pisar, figurando esa casa y describiendo algunos detalles de la misma, entre otras cosas muy lindas que me sorprendieron, a tal punto que me costó creerle. Al principio desconfiaba de que hubiera escrito esa poesía tan hermosa. Esa fue la primera vez que noté su capacidad para la escritura y que tenía alguna cualidad, sabía que había algo muy grande en él. Nunca bajó los brazos ni se desanimó por mi devolución, al contrario, él con tranquilidad y rebeldía siguió escribiendo.
Luego escribió una trilogía sobre una paloma que viajaba a New York desde La Habana -Cuba-, llevando unos mensajes; me llamaba la atención que un adolescente tuviera estas ideas. Después se presentó en un concurso en el Colegio Nacional de San Luis para alumnos de secundaria, donde también tuvo la suerte de conseguir el primer premio en el genero cuentos de ciencia ficción. Sin embargo siguió con su tesón, siguió escribiendo con la idea de que lo que quería era escribir un libro largo, una novela para adolescentes. Quizás inspirado por John Green comenzó a escribir, y escribió esta novela. Aquí está dijo su padre, gracias a todos los que hicieron posible esta realidad, con su mamá estamos muy orgullosos de tener a este pequeño gran escritor en la familia.
Y la sala del centenario edificio estalló en aplausos. Luego Manuel tomó la palabra:
«Es un libro bastante estúpido -comenzó diciendo, con algunas sincinesias recorriendo su rostro, su pie que no dejaba de moverse y sus manos que se expresaban al compás de sus palabras-. El libro comenzó de una manera particular, estaba muy metido en leer, todo lo que podía. Leer es muy divertido, entonces yo quería lograr eso, algo divertido de leer pero también algo muy entretenido al escribirlo. Cuando me senté a escribir me propuse escribir la mayor cantidad de cosas posibles, todo lo que se viniera a mi cabeza. Ese era mi proceso, sentarme y escribir las cosas más divertidas que se me ocurrieran. Así es que escribía más de mil palabras por día, al llegar a las 30 mil, me di cuenta de que no tenía una historia definida, era una conexión de cosas entretenidas. Justo ese año, en 2013, se dio la oportunidad de presentar un libro, así que puse toda mi energía en darle forma a esta historia y me presenté, propuse mis escritos y aquí estoy».
En otro pasaje de la presentación, indicó: «Nunca me imaginé que podía llegar a ganar, nada. Lo presenté como para decir ‘listo, terminé una novela, veamos qué pasa’ y al tiempo me enteré de que había ganado; no podía creerlo, no podía creer que alguien se entretuvo con esto que escribí. Fue una alegría inmensa, descubrí que todo lo que había escrito había servido para algo. Fue muy lindo, estoy muy contento», aseguró el joven literato.
Acto seguido, una mujer obsequió dos canciones al escritor y a todos los presentes.
Al cabo del acto de presentación de «(A)normal», Manuel dialogó con Caminos de Tinta, y esto decía:
Felicitaciones por este logro. ¿Cuál es tu próximo objetivo?
Mi próxima meta es escribir otra novela antes de egresarme. Esto sería más o menos en 4 años.
¿Qué te gustaría decirle a los jóvenes? ¿Qué mensaje les dejarías?
Que lean. Que lean mucho. Todo lo que puedan, todo lo que haya.
Sabemos que esto te llena de orgullo, ¿qué otros sentimientos te atraviesan?
Siento mucha emoción y también muchas ansias. Me siento emocionado porque ahora la gente puede comenzar a leer el libro y me intriga saber cuál será la opinión que ellos tengan de esto. No se lo he mostrado a nadie, ni a mi familia ni a mis amigos. Y ansioso porque tengo ganas de seguir escribiendo.
Y durante el día, cuando no escribís, ¿qué es lo que hacés?
Estudio. Estoy estudiando para ser médico, en la Facultad de Medicina en Mendoza.
¿De qué se trata el libro? ¿Recordás alguna parte que te guste especialmente?
El primer capítulo me parece que deja bien en claro la onda del libro, de lo que va a tratar. Si hay alguien que quiera leer la novela creo que el primer capítulo es el indicado para orientarse. Trata de un grupo de chicos, de cualquier colegio de San Luis, que se enteran que una chica de un colegio cercano acaba de suicidarse. Básicamente es la charla de los chicos, sobre cómo ellos sienten esta muerte. Uno esperaría que pueda ser la angustia, pero aquí se dan otras situaciones.
Gracias Manuel por tu tiempo y tu puño. ¿Quizás en tu próxima novela aparezcan conocimientos fisiopatológicos? Ya que estudias Medicina.
Seguramente, de hecho vengo pensando esa posibilidad.
¿Algo más que quieras agregar?
Que lean el libro (risas). Y agradecer a todos los que hicieron posible que hoy esté viviendo este sueño hecho realidad.
Se lo veía muy tranquilo, su mirada casi estática, con cientos de sensaciones nuevas y felices recorriendo su integridad. Dedicado a leer mucho, su sueño fue escribir algo que guste. Casi como una casualidad se encontró con el éxito. Su rostro joven, fresco, simple. Su familia presente, la simbiosis de las lágrimas emocionadas y las sonrisas alegres viajaban por el aire de la sala. Muchas historias por descubrir, muchas otras por contar y otras miles por escribir ya son una realidad en este presente desbordante de capacidad. En sus gestos no existía más que amabilidad y en sus ideas un sano vuelo que no conoce de límites.
Con mucha energía, en un momento de la ocasión en su honor, tomó un ejemplar de su libro de la mesa y lo levantó cuan extenso es su brazo derecho, hacia el cielo, apretándolo con fuerza, como diciendo, «¡aquí está mi premio, lo logré!».
Escrito para Caminos de Tinta por Keno.
Fotos: Luciano Grangetto – Agencia de Noticias San Luis.